Historia del piano

INVENTOR
Se considera que el inventor del piano es el italiano Bartolomeo Cristofori, que en 1698 creó el cembalo a martilletes, o clavicordio con macillos. Este mismo personaje construyó en 1710 el primer pianoforte.
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ORIGEN DEL PIANO
Para conocer el origen del piano, debemos remontarnos a la consideración de algunos otros instrumentos musicales más antiguos de los cuales el piano es, de alguna manera, una evolución.
El nombre del piano proviene de la palabra pianoforte, que es un término italiano que indica la posibilidad que tiene el instrumento de sonar mucho o poco, dependiendo del vigor con que se teclee.
Podemos decir que el más antiguo instrumento musical que inicia la línea evolutiva que culmina en lo que hoy conocemos como piano es la Cítara. Este instrumento es originario de África y del sudeste de Asia y se remonta a la Edad de Bronce (alrededor del año 3000 a.C.). Consistía en un conjunto de cuerdas dispuestas a cierta altura sobre una pequeña tabla, que eran puestas a vibrar mediante las uñas de los dedos o algún otro elemento punzante.
Existen algunos instrumentos musicales que se pueden considerar como antecedentes del piano, de los cuales se inspiró su creación:
El monocordio

Entre ellos se encuentra el monocordio, un instrumento asirio y egipcio que los griegos adoptaron hacia el año 582 a.C. por iniciativa del matemático Pitágoras, y cuyas cuerdas estaban interceptadas por una especie de muesca.


Este fue el instrumento que le siguió a la cítara, aunque solo con ligeras variaciones. Su construcción se basaba en la colocación de una sola, un poco más larga que las de la cítara, vibrando sobre una pequeña caja de resonancia construida de madera. Sobre este instrumento fue que Pitágoras, el famoso filósofo griego, realizó sus estudios sobre las relaciones entre los intervalos musicales, entre otros.
El clavicordio
Pero el instrumento con teclado más antiguo es el clavicordio o clavicémbalo, del que todavía se conserva un ejemplar del siglo XIII. Tenía un sonido débil, extremadamente delicado, cuyo volumen podía modificarse presionando gradualmente la tecla con el dedo.
Tuvo su época de esplendor en el Renacimiento, y gozó de bastante popularidad y favor hasta bien entrado el siglo XVIII. Su forma es muy parecida a la del colín o piano de cola pequeño.

La espineta

Otro predecesor del piano fue la espineta, del siglo XIV. Un instrumento de mesa que se tocaba sentado como el monocordio. La tecla golpeaba y al mismo tiempo frenaba la cuerda. Su sonido era apagado y débil y gozó de popularidad hasta el siglo XVII.

Existen algunos modelos con doble teclado, uno encima del otro. Muy similar a la disposición de los órganos. La espineta debe su nombre a su inventor, el italiano Giovanni Spinetti, ciudadano de Venecia.
El virginal
Un modelo particularmente interesante de este instrumento musical de cuerda fue el “virginal”, de forma rectangular y con una sola cuerda por nota en vez de las dos o tres que tenía el clavicémbalo, y luego tuvo el piano.

Tuvo gran aceptación en Bélgica en el siglo XVI y en Inglaterra a principios del siglo XVII. Su nombre probablemente viene del latín virga, que se puede traducir por varilla, palo o martinete.

EVOLUCIÓN DEL PIANO
Aunque el piano es un descubrimiento italiano, empezó a fabricarse en Alemania por Gottfried Silbermann y su discípulo Johannes Zumpe. El compositor Johann Sebastian Bach, que era amigo del primero, tras conocer el nuevo instrumento siendo ya muy anciano, comentó: “Es el futuro de la música”.
Durante casi medio siglo sólo se fabricaron pianos en Alemania. El conocido músico Johann Stein, que fabricaba también órganos, hizo los mejores pianos de su tiempo. Wolfgang Amadeus Mozart primero y Ludwig van Beethovenmás tarde, elogiaron las excelentes características del piano de cola.
Una mejora muy notable fue el pedal del piano, introducido en 1783 por John Broadwood, a quien se debe la primera patente de la que se tiene constancia.

Sin embargo fue Johann Andreas Stein quien lo desarrolló de manera efectiva en este instrumento, posibilitando algo tan importante para la ejecución de una pieza como graduar la intensidad del sonido mediante apagadores de fieltroque se accionaban con el pie y se posaban sobre las cuerdas en el clavijero, evitando que quedaran sonando.
Si se quería que el sonido fuera brillante, fuerte o alto, los apagadores no actuaban. Si se buscaba un sonido atenuado o débil, se daba al pedal correspondiente con el pie derecho: se podía tocar piano o forte.
Más tarde, en 1822, el francés Sebastian Érard inventó el doble escape del piano, que permitía la repetición de una nota. Este personaje fue quien primero fabricó pianos en Francia en 1777 y creó la forma casi definitiva del instrumento, con su mecanismo de doble escape.
Posteriormente se dio el avance definitivo: cruzar las cuerdas en el clavijero. En 1855,el fabricante Heinrich Engelhard Steinway perfeccionó el instrumento, que desde entonces apenas ha tenido alteraciones, salvo las innovaciones perniciosas, desvirtuadoras de la naturaleza del sonido que supone la electricidad aplicada al piano.

En 1958, la sociedad norteamericana Wurlitzer comercializó, para las escuelas de música, el piano eléctrico, que los músicos de rock se apresuraron a utilizar, ya que pesaba poco, era de tamaño manejable y podían llevar consigo de concierto a concierto.


El cantante Ray Charles grabó uno de los primeros discos: What’ I’d say. Y en 1960 el ingeniero alemán Ernst Zacharias inventó el cimbalet, del cual saldría el instrumento que utiliza Stevie Wonder, el famoso Clavinet.
En 1963 apareció el piano Rhodes Fender, de timbre muy peculiar, hoy sonido estandarizado en la música comercial. 
El auge de la electrónica originó el piano electro-acústico en 1978, cuyos acordes son captados por micrófonos magnéticos, creando un realismo imposible de conseguir mediante ejecución convencional.
Y para colmo de adelantos, los japoneses crearon en 1992 el piano teledirigido, en el que las teclas tocan solas. Hoy, el Yamaha U3A puede interpretar un concierto enviado vía satélite. Claro que previamente hay que afinar y preparar el instrumento para recibir tales impulsos.

Pero estos artilugios más que pianos son máquinas reproductoras de sonidos y ruidos. A veces mejoramos tanto las cosas que, como dice el dicho popular, el marco termina por comerse al cuadro.

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